Agradecimiento

"Agradece a Dios todos los días por las cosas buenas que nos da..."

viernes, 7 de noviembre de 2014

¿Quién no ha tenido una pena? ¡Qué tire la primera piedra! Por más optimista, a veces la vida se coloca cuesta arriba y no andamos con los implementos para escalarla de manera fácil. La congoja nos ataca y en estos tiempos donde escasean los hombros y paños de lágrimas, los únicos se dan cuenta, y vaya que sí, son nuestras mascotas.
Así quedó demostrado mediante un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Goldmsiths en Londres que mediante la experimentación con un universo de 18 perros de diversas razas, verificaron que los peludos amigos distinguen los estímulos de sus amos y extraños cuando estos lloran, susurran, tararean o hablan.
Cuando los perros se dan cuenta que el humano se encuentra llorando de inmediato inician contacto físico con el propósito seguro de confortar o consolar a quien parece de tristeza. Al ocurrir indistintamente tanto con sus amos como con desconocidos, se comprueba que es verdadera empatía y no es una búsqueda de recompensa como tampoco efecto de la curiosidad.
“El tarareo fue diseñado para ser un comportamiento relativamente nuevo, que podría provocar la curiosidad de los perros. El hecho de que los perros diferenciaron entre el llanto y el tarareo indica que su respuesta no fue meramente motivada por la curiosidad”, dijo la Doctora Deborah Custance.
Los perros no distinguen sin embargo, si una emoción es fingida pues su cerebro no reconoce lo genuino de lo falso de estas expresiones.
Estos animalitos merecen retribución a su constante ayuda y colaboración, que tienen prácticamente como misión natural para con nosotros. La tenencia responsable y la solidaridad con los que están en las calles, ya sea atendiendo sus necesidades de agua y comida, y por supuesto médicas y más importante aún, ayudándolos a conseguir hogar si tu mism@  no puedes hacerlo, son pequeños esfuerzos que sin duda ellos merecen y agradecen.

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